viernes, noviembre 12, 2010

A tortas con la realidad

Solo hace seís días que llegué a España, y es como si no me hubiese marchado nunca. Parece, como si todo lo vivido en Erlangen, fuese un sueño del que me he despertado al llegar. La realidad me ha sacudido, y estoy abriendome camino a tortas con ella....aunque es una forma de hablar, lo siento así.









Cuando estaba en Erlangen, echaba de menos ésto, y ahora que estoy aquí de nuevo, me gustaría volverme a ir....¡que contradicciones tiene el ser humano! Después de tanto tiempo fuera, veo las cosas de otra manera y valoro lo que allí añoraba....mi hogar.










Los primeros días, cuando iba a comprar, pensaba que me iban a hablar en alemán y ya tenía la frase preparada para contestar, y después me daba cuenta, que hablaban como yo, en castellano....éso si que fué un alivio. En Erlangen, casi no admitían tarjetas de crédito para pagar en los supermercados, tenía que ser en efectivo, la VISA, estaba vetada por completo....pienso que debería ser porque les cobraban comisiones muy altas. Cuando llegué aquí y pude pagar con la tarjeta, me dí cuenta que ya no estaba allí.










Tengo pendientes de escribir varios correos, a gente que conocí en Erlangen y que me gustaría seguir manteniendo el contacto....personas que se fueron a vivir allí, en un país extranjero, con una lengua muy difícil y que habían salido adelante, con coraje y valentía....¡me gusta la gente luchadora!
Nada como aquí, que en el trabajo, impera la ley de mínimo esfuerzo y el deporte nacional, es el cotilleo. Allí nada de éso era necesario para vivir ¿por qué tiene que serlo aquí?








Los valores que allí sentí, me motivaron para seguir creyendo que era posible algo diferente, a lo que aquí vivía. Pero, una persona no puede cambiar su entorno ni el mundo en el que vive....aunque digan que "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" ....a veces, te dás de tortas con la realidad, porque no solo no puedes cambiar lo que te rodea, sino, que no te dejan ni intentarlo.










Estos días, cuando me he encontrado con situaciones que no me gustaban, me imaginaba que és lo que estaría haciendo en ese momento en Erlangen y una sonrisa aparecía en mi cara, dejando pasar así, lo que intentaba fastidiar mi día, mi momento, mi minuto. A veces, es necesario tomar distancia, para poder seguir adelante.