Una ciudad donde los mossos d'esquadra tenían tomadas, practicamente todas las calles, y la gente no te dejaba andar por ningún lado.
Había tal multitud, que apenas se podían ver los semáforos o las bocas de metro ¡un agobio!
Lo mejor de todo, las cavas que visitamos, y todo lo que aprendimos sobre ellas ¡fué impresionante!
La comida en el Hard Rock Café, que es de visita obligada a cada lugar que vamos ¡nos encanta!
Y el barrio más tranquilo y el que más nos gustó fué Sants....era el único lugar por el que se podía pasear por la calle, sin tanta humanidad y con más calma.
Creo, que a pesar, de ver monumentos y lugares que nos gustaron, en general la ciudad nos pareció un poco caótica, por lo que no sé si volveremos alguna vez....aunque nunca se sabe.
¡¡Adeu!!