Desde hace unos días han bajado mucho las temperaturas, y el frío vá haciendo mella en nosotros.
No sabemos si es por las plantas aromáticas que tienen, aquí cerca en el Aromagarten, o por el polvillo de las hojas al caer, está todo el suelo cubierto de ellas, pero la cuestión, es que estamos con alergia....es decir, con dolor de cabeza, los ojos llorosos, con el moquillo todo el día, asma (yo más concretamente), y un malestar general, que creo que desaparecerá pronto, o éso quiero pensar.
Puede que sea el cambio del tiempo, porque cuando estamos en el apartamento, o algún sitio cerrado y caliente, estamos mejor, pero cuando salimos a la calle, es cuando más nos afecta.
El otro día hablando con una amiga (de España, claro), me dijo, que a mí me gustaba estar aquí, porque yo estaba como una reina, y creo que se equivoca. Aquí, precisamente, tengo menos comodidades que en España, empezando por mi cama, que la echo mucho de menos, mi espalda se resiente todos los días y duermo mal y terminando por el ascensor, que mi rodilla lo vá notando....y mi rosácea vá en aumento por el cambio tan brusco de temperatura....por lo que intento no tener en cuenta los incovenientes, que no son pocos y centrarme en lo bueno de estar aquí.
Pero sí es cierto, que pese a todas estas adversidades,(el ir a la compra andando o en bus, el clima, el hacer la colada en el sótano, el idioma), se valoran otras cosas, estando lejos.
Podría adaptarme a vivir aqui, perfectamente...tienen otros valores sobre la responsabilidad en el trabajo, la forma de vivir, lo reservados que son (en éso me siento identificada con ellos), no llevan ese estrés constante que tenemos nosotros en España a todas horas.
Dejan sus bicicletas en la puerta de su casa, sin candado ni nada, y al día siguiente la cogen para ir a trabajar y la bicicleta está en el mismo lugar donde la dejaron...¡¡¡éso en España no pasa!!! dura la bici menos, que un caramelo en la puerta de un colegio.
Otra cosa curiosa, aquí los domingos los dedican a descansar, en la totalidad de la palabra....no hay nadie por la calle, no hay bicicletas, ni coches y hasta los semáforos dejan de funcionar. Es muy dificil encontrar un restaurante abierto los domingos (vamos, igualito que en España)....hasta que no llega el mediodía, no se vé un alma por la calle.
Es cierto, lo que dicen que los alemanes no se relacionan facilmente, casi siempre es entre ellos.....pero si lo pensamos bien, los españoles a veces nos relacionamos de más, y luego vienen las desilusiones con la gente.
Yo les daría un poco más de "vidilla", que tenemos los españoles, porque no les vendría mal....pero sin embargo yo adoptaría otras costumbres de ellos para mi vida diaria.....y es lo que pienso hacer cuando vuelva a España.
Tienes razon en lo que dices,tengu un mes en Erlangen soy de Rumania pero estuve viviendo en Esp.
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